domingo, 29 de mayo de 2016

Sospechas

Moodchart: convirtiendo la manía en energía creativa.

He estado pensando en los límites de la consciencia y logrando entender hasta dónde podemos comparar nuestros más profundos miedos con nuestras más grandes motivaciones. 
Muchos se preguntan ¿quién soy realmente yo? En mi la pregunta es aún más sospechosa ¿qué es lo que realmente me mueve? 
En mi vida no hay dudas existenciales sino sospechas existenciales por una sencilla razón: yo dudo de mi como mecanismo de defensa. Vivo en constante vigilia de la realidad. Razonando cada uno de mis actos, de mis decisiones. Midiendo. Midiéndome.
Podría terminar esa frase con mi mantra: buscando la suficiencia. Pero el proceso no tiene fin es un modo operandi que me lleva a la sospecha de que nunca va a ser suficiente. Cómo encontrar respuestas en el método  si el método es el camino a la respuesta, no la respuesta.
No sé si es porque es el mes de las madres o por qué he leído demasiados libros sobre familias en esta semana que volví a esa sospecha existencial en la que creo que todas las motivaciones humanas son biológicas y por ende evolutivas. ¿Y si nuestro único propósito en esta tierra es reproducirnos? ¿Y nuestra misión es procrear y dejar nuestra huella genética en este planeta? ¿Y si somos solo un instrumento de la evolución de la especie y todo lo que conocemos como cultura es parte de un código escrito en nuestros genes que no tiene un fin mayor a llenar una celda en el extenso archivo de Excel de nuestro genoma? ¿Y si decidir no tener hijos es una reveldia en contra de nuestra propia naturaleza? ¿Y si decidir no tener hijos es el estado último de la evolución? ¿Una especie puede decir su propia extinción?¿Un ser puede tomar una decisión por su especie? ¿Puede alguien saber cuándo es ya suficiente su existencia sobre la tierra?
¿Se considera la no procreación un asesinato o un suicidio? ¿Existe material genético desechable? ¿Existe un detonador para ser parte de la evolución? 

Podría continuar sospechado por horas y en unos días darle nombre científico a mis dudas, como depresión, manía, paranoia. Pero hoy solo siento claridad, si, claridad en mis dudas. Formulo preguntas con tal facilidad como si no dependiera de respuestas. Formulo preguntas con tal certeza como quien aplica el método sin aún necesitar resultados. Hoy estoy cada vez más cerca de lo que no sé qué de lo que quiero saber y eso me hace odiosa. Tengo esa actitud arrogante de interrogar a la gente que me rodea con mis preguntas certeras, juzgo.
Dejé ser parte de la solución para empezar a ser quien fórmula el problema.

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