martes, 2 de junio de 2009

NATURALEZA DEL MERCADO: Gatos y perros -versus- gatoperro

G A T O S Y P E R R O S

De nuevo con este blog que me pica la lengua pero no lo suficiente como para matar...

http://elojoenlapaja.blogspot.com/2009/05/fusilado-gabriel-zaid-de-nuevo.html

Tengo que admitir que el señor Jiménez tiene sus apuntes, incluso cuando se le van las luces, pero si me tocara escoger entre el pajar cultural, me atrevo a decir que me quedo con el ojo de él, preferiblemente cuando no está cansado, cuando no le sabe a mierda el mundo y sobre todas las cosas cuando no está acompañado... Si, por que a veces me gusta pensar que todos los argumentos que me quedan para él, están basados en el refrán de mamá: dime con quien andas y te diré quien eres.
Que tristeza que este pelado que tiene tanto que decir de tanto que lee, solo lo siguen un grupo de sangrones; malasleches y carasduras son los que lo rondan, gente que solo está esperando a que a el señor Jiménez se le vayan las luces para poder arrancar a tirar piedras.
Y esto no lo digo solo por la entrada comentada anteriormente, sino por que, aunque me de un poco de pena revelarlo, por culo que suene, yo soy seguidora de su blog desde mi anonimato, lo leo y cada vez que quiero comentar algo sobre su blog, lo hago desde aquí, desde la seguridad de mi anónimo blog, (blog que nadie lee, blog que nadie comenta, blog en el que peleo yo con yo) por que aunque ellos tengan más problemas que los alcohólicos anónimos, no respetan el anonimato, de hecho lo odian, y matan a pellizcos al que hoce valerse de el.
Pero bueno, volviendo al tema, he decidido postearlo de nuevo, por que creo que una de las razones por la que soy seguidora de su blog, es por que él tiene pasiones como las mías, continuamente está preocupado por la crítica, y me parece válido que todo mi teorema de naturalezas de mercado se vea acompañado de otras miradas menos technomarketegnistas (ojo! el mercado tecnismo, ni el marketing me apoya mucho que digamos, así que figuro inventarse una ciencia menos exacta para sonar serios en esta vida) y si más literarias. La entrada que he posteado no solo ilustra un muy buen punto sobre el dilema de la crítica, sino mi juicio sobre su fanaticada, en los comentarios a la entrada varios de los seguidores han despotricado no solo de Arcadia, quien últimamente no está mucho en mis afectos gracias a la gata de Catalina Holguín, y la ausencia de su editor de contenidos, sino que han revivido desde los muerto a varios que ya ni se revuelcan como Piedepágina. Yo de usted señor Jiménez, le cambiaba el nombre al blog y le ponía «driving Mrs daisy» o «catarsis literaria literal».

Ahora, aprovechando que ya me le declaré al señor Jiméñez, puedo sacar las uñas, espero no llegar a pelar el cobre, y así puedo despotricar de Catalina Holguín, para terminar de confirmar lo fiel que le soy al ojo.
No sin antes postear la pésima crítica que Arcadia decidió publicar, espero sin leer, por que prefiero perdonar un descuido que semejante equivocación.

G A T O P E R R O

http://revistaarcadia.com/ediciones/44/critica_libros3.html

Esta crítica es como un mal chiste, por hueso y por mal contado. Y al final ella se pone brava por que uno no se le ríe.
Cuando uno no es un buen humorista, debe hacerse a un lado y dejar que otro cuente el chiste, por que una vez contado no hay reversa, explicar un chiste es la mejor forma de dañarlo... Y eso fue exactamente lo que le pasó a esta mujer... Hagan de cuenta que ella empezó a contar el chiste, y mientras se iba acordando de como iba, se iba riendo y preguntando en voz alta: «como es que era...y después decía, uy! no pere, ha si, sí...» Ya uno desde ahí sabe que se lo empezó a tirar. Entonces ella cuenta la novela y la cuenta mal, se inventa pedazos, cosa que ofendió a varios, pero lo que en verdad, terminó de rematar el asunto es que este libro le acordó a alguien que ella odia en el fondo de su corazón. Entonces, como si se le revolviera la bilis, esta mujer empieza a despotricar del autor como si fuera la mismísima persona que le partió el corazón. Uno no logra entender muy bien que fue lo que me le hicieron a la niña, pero que dolió, dolió. Entonces cuando se da cuenta que se le está hiendo la mando cobrándosela a este pobre cristiano que nada tuvo que ver con su frustración, arranca hablar de lo que si a leguas se nota que no sabe, diseño. Y empieza a quejarse del despilfarro de generosidad que Alfaguara tiene para con su colección. Entonces a la niña le incomoda que un libro tenga márgenes, que el interlineado de una página respete la regla de oro, y seguramente se le gastaron las babas pasando las páginas que completan las trecientasalgo de este libro... Y nos las cobró. Pero al final que se le puede pedir a un engendro de la generación colección oveja negra... como debe de extrañar esta mujer el dinamismo de las paginas de esa colección vino tinto que nuestros papás compraban por fascículos, que página a página la editorial decidía regalarnos una nueva propuesta de margenes, tamaños de letra y obviamente interlieado... Esto cuando no corríamos la suerte de que imprimieran el libro en el catálogo de muestras de bulky de papel, teniendo la gran fortuna de conocer en un mismo libro todas las posibilidades en gramajes de un papel bond beige. Definitivamente esta nota nos cuestiona, en qué punto una persona encargada de hacer una crítica literaria termina pensando que lo mejor que puede decir de un libro es que su diagramación tiene normas Icontec, créame Doña Catalina que el iso 9000 no se metió en la industria editorial desde la diagramación, talvez encuentre libros compuestos por retículas basadas en números áureos o en fibonacci, pero dudo mucho que alguien además de usted crea que un libro de Alfaguara tenga normas icontec. Mas bien esa carta... de esa persona que usted odia... y que este libro le acordó... esa, era la que estaba escrita en Times New Roman, letra 12 pts, doble espacio y márgenes Iconte... no le suena...

Por último pero no menos importante, quisiera dejar abierta una preguntita, Arcadia no los reune a consejo editorial, o por lo menos no les gasta un tintico y los sienta a todos para que charlen de que van a escribir, es que a mi si me parece raro que en dos ediciones, se acabe con un libro contradiciendo comentarios y afirmaciones entre los columistas (caso: Orejas de pescado) y en un mismo ejemplar se exalte el trabajo de un autor como Juan Pablo Lombana en un artículo de casi tres páginas y en la misma revista aparezca esta reseña, donde se tacha a ese mismo autor de gato faltón... No me extraña que un día de esto se reencauchen como El Tiempo, por que ya ni se sabe que esperar...