domingo, 26 de septiembre de 2010

Otra entrada para elenano: ("La nana se está sintiendo mal???")

Libro en cuestión: Maniac (Bipolar) Terri Cheney. Aguilar Argentina.
Fondo musical: Las cuatro estaciones, Vivaldi. Si pudiera detener el tiempo en alguna época donde el enano fuera libre, el Barroco sería "mi mejor año". No creo que sea una casualidad que esta obra se llame así, yo creo que Vivaldi sabía de lo que hablaba. Moodcharts. El Barroco es el que mejor adorna mi ansiedad.
Moodchart: Extremadamente decorada. Sospechosamente atractiva. Misteriosamente embaucadora. Barroca. Ansiosa.

Necesito encontrar una diferencia entre esa loca y yo, antes de irme a dormir, por que voy en la página 100 y definitivamente no me quiero parecer a ella, no quiero ser cada personaje ansioso de una novela, no quiero que este sea mi tema. Elenano no es mi tema, solo soy yo acá. No voy por el mundo buscando novelas sobre mi enfermedad, para eso leo el vademécum y ensayos sobre sicoanálisis y filosofía metafísica. No ficción, en la ficción busco algo más, busco belleza, busco felicidad, busco odio, pasión, sabor, busco el buen uso, busco experticia, busco el buen oficio, me divierto, admiro, gozo. En la ficción busco la artesanía del escritor. No busco necesariamente al autor en la obra, solo su oficio, me gusta entender sus decciones, me gusta pensar que las toma. También intento ver entre babalinas, por eso me siento en primera fila. Me gusta ver a los voyeristas. El caos en los camerinos y el cansancio de los tramoyistas. Eso es la ficción para mi una obra en vivo. Es la vida de la fantasía. 
El enano es un accidente en mi vida, un mal entendido, nunca lo he visto en realidad, pero la idea de que exista me fascina. Es un juego de palabras entre Beto y yo. Es un dicho de la familia. Desde pequeña mi hermano me ha dicho Nana. Pero como a todos en la familia, por lobo que suene nos han puesto un artículo un pronombre por delante, por que para mi mamá fue siempre más fácil regañarnos en tercera persona, y así fue como ella se convirtió en La mamá, por que: "A la mamá no le gusta que le esculquen". De esa misma manera: "El papá va a volver a llegar tarde" y "La nana no se comió las habichuelas". Así fue como Beto por fin conoció una enana, por que a mi velocidad, no sonaba La nana, sino laenana, y así mismo aprendió a presentarme: —Ella es Lanana. Decía. Y para el tercer año de noviazgo yo ya era Ana la enana. Laenana. Tan común era el tema para cuando me diagnosticaron bipolaridad y fue público que alucinaba, todos pensaron que veía enanos. Pero no es así, hasta ahora para mi desgracia lo único que no he visto es enanos. Sin embargo me pareció una bonita manera de llamarlo, era menos miedoso, era más amigable desde lo bizarro. Era políticamente correcto, ser un enano. 
No se exactamente de que va esta novela, no se exactamente si esta loca al final de cuentas se mata o no, pero releyendo el párrafo anterior creo encontrar una diferencia entre tanta coincidencia. Entre Terri y yo si existe una inmensa diferencia, mientras ella se lacera con sus palabras, yo me consiento. Si es cierto que las dos escribimos desde la ansiedad, pero a diferencia de ella mi ansiedad es cariñosa, yo me quiero, y me gusta quererme, me gusta sentirme cuando me siento. No por eso no soy dura, no por eso no soy fuerte, pero es por que consiento como animal, como vaca lamiendo un ternero, con tal fuerza que lo que lo peina es la presión no las babas. Por que no consiento, estimulo. Y eso es lo que me diferencia a ella, yo no huyo de la idea de la muerte, no necesito hacerlo, por que me estimulo a vivir. Puede que al final las dos terminemos tomando la misma decisión, acabando con esto de una vez por todas, esa siempre será una opción. Pero sus palabras solo la empujan a tomarla, las mías me motivan a aplasarla. Aunque sea con la ilusión de ser una mejor persona, con la vanidad de ser an espectacular girl, con el delirio de ser un enano bufón. O con la obseción de ser un cara de nerd. Eso me mantiene viva, me pone oficio, y mientras tenga cosas por hacer, no me puedo ir. El telón no se baja hasta que no llegue el FIN.