miércoles, 1 de septiembre de 2010

El poeta que enamoró un enano y luego le rompió el corazón

Mood chart: Descorazonado y con el sentimiento a flor de piel.


... El teatro de mi corazón:
No se que es lo que me más angustia de estar en escena, si el escenario abismal en el que se convierten las tablas cuando se pisan o la ceguera a la que se enfrentan mis ojos cuando intentan enfocar su camino. Como soy un enano ególatra se que no es mi incapacidad por actuar, porque si algo tengo muy desarrollado son mis habilidades histriónicas, y las utilizo a diario para cautivar audiencias. Cuando el público se pone reacio a mi acto, lo evalúo y rápidamente logro encontrar la manera de enamorarlo. Pero cuando se trata de monólogos, tardo más por que entonces aparece este miedo escénico que no controlo, es peor que el vértigo que me dan las escaleras eléctricas de los centros comerciales, una cosa es cuando uno actúa e interactúa, otra cosa es cuando estas bajo el spotligth. Por que el teatro de la vida se convierte en la sala de interrogatorio de la CIA y ya no es divertido, ya no eres protagonista sino antagonista, y de pronto sin importar que tu espíritu sea optimista, la duda y la ceguera solo te dejan sentir que todos te culpan y apuntan.
No nací para ser martir, así que puedo asumir mejor el papel de culpable. No soporto la tortura, pero tampoco puedo mentir. Y desde la primera vez que sentí que me iba de este mundo, decidí no dejar de decirle a las persona lo que siento, que casi siempre es lo que pienso, si mi corazón está en la panza, mi cerebro debe estar en el corazón, por que no se trata de reemplazar los órganos, solo de acercarlos por empatía de funciones. Si alimento mis sentimientos, es muy lógico que sienta mis pensamientos. Por eso el amor para mi es una decisión. Y las decisiones se deben comunicar para ejecutarlas. Por eso no tengo miedo a enamorarme y mucho menos a declararme. Yo puedo mirar a los ojos a una persona y decirle que la amo. Así no más, no me tiembla la voz. Por eso me molesta que lo hagan por mi, me molesta que sea tan increíble pensar que alguien no necesita un emisario para declarar su sentimientos. Por que yo desconfiaría de una persona así. De alguien que necesita de tramitadores para ejecutar sus decisiones. Respeto los métodos de enamoramiento de la humanidad, unos más cursis que otros, pero no tolero la cobardía. En México descubrí que admiro en cierto sentido la galantería y la melosería, para esto me entrenaron mis tórtolos favoritos, Santi y Sara, pero no me cabe en la cabeza pensar que alguien está dispuesto a perderse ese momento mágico y cósmico en el que el sujeto de tu amor, se sorprende ante tu declaración. No importa si la reacción es parca, es sentimiento puro y duro y es lo único que en realidad nutre el corazón. Por eso si uno se declara y lo rechazan, el desamoramiento es instantáneo, doloroso, como una indigestión, en cambio si la razón te la da un emisario se convierte en obsesión por que no es verosímil por que uno nunca termina de entender lo que es un dolor de panza de otra panza... Por mas que te la describan como amasando pan o estirando pizza. Y la obsesión no se cura con antiácido o analgésico. Solo con electroshocks.
Como tengo el sentimiento a flor de piel, me enamoro de todo y de nada, me enamoro de cosas, de sabores, de olores, de sonidos, cualquier cosa que estimule mis sentidos me puede producir amor y pasión. Por eso puedo confesar que soy una fan enamorada. Hoy tuve la oportunidad de conocer a mi poeta favorito, pero el destino lo impidió y a cambio, no solo me dejó con la desilusión sino que además le dio la oportunidad a alguien diferente a mi que le declarara el amor que siento por él. Ahora tengo angustia, pronto se convertirá en una obsesión, mañana confesaré en la sala de interrogatorio que le amo. Tendré que decirle que soy culpable de ese acto de amor. Y que la única razón por la que lo confieso tan parcamente es por que alguien me obligó a no ser yo, al robarme la oportunidad de ser quien le dijera la verdad. Que lo amo. y que tengo razones fuertes para quererlo.
La transpoética ha sido una de las mejores cosas que me han pasado en los últimos años, le han abierto al enano una puerta al mundo real, han hecho que se sienta grande en un mundo de gigantes, lo han hecho sentir normal. Por que en la traspoética lo normal no existe, solo es ceguera. Ingenuidad.
La traspoética ha hecho que mis valores, no se corrompan en la locura, ha alejado a los conceptos extraños de las explicaciones a mis sucesos anormales, y ha devuelto a mi vida la racionalidad. Cuando el enano entiende, se tranquiliza y duerme, pero cuando el enano se confunde, se desvela buscando explicaciones en lugares y personas equivocadas y ahí es cuando acude a estrellas, chamanes, pajaritos entrenados y gatetillas de la fortuna. En donde solo encuentra soledad y más motivos para escapar.
Mi obsesión, esta noche me desvelará y mañana más enana que nunca seré quien siempre he tenido que ser. La loca para mostrar. Ese papel lo interpreto bien, no es el que más disfruto, pero lo se hacer. Y la mayoría se siente orgulloso de eso. De mostrarme como enana de circo. Solo espero recuperar el foco, pedir que la escena se abra y volver a retomar el curso de la obra y que al final del primer acto yo recuerde lo mucho que me gusta actuar, lo mucho que me gustan los aplausos y con un elegante venia cierre el acto final, confirmandole a él mi verdad, que no hay nadie como tú. Y que a él no le importará mi obsesión por la verdad. Que no hay nadie como tú:

En el mundo hay gente bruta y astuta,
hay vírgenes y prostitutas.
Ricos, pobres, clase media,
cosas bonitas y un par de tragedias.
Hay personas gordas, medianas y flacas,
caballos, gallinas, ovejas y vacas.
Hay muchos animales con mucha gente,
personas cuerdas y locos demente.
En el mundo hay mentiras y falsedades,
hechos, verdades y casualidades,
hay mentalidades horizontales, verticales y diagonales.
Derrotas y fracasos accidentales,
medallas, trofeos y copas mundiales.
En el mundo hay vitaminas y proteínas,
marihuana, éxstasis y cocaína.
Hay árboles, ramas, hojas y flores,
hay muchas montañas de colores.
En el mundo hay decisiones divididas,
entradas, salidas, debut, despedidas.
Hay inocentes, hay homicidas,
hay muchas bocas y poca comida.
Hay gobernantes y presidentes,
hay agua fría y agua caliente.
En el mundo hay micrófonos y altoparlantes,
hay seis mil millones de habitantes.
Hay gente ordinaria y gente elegante,
pero, pero, pero...

No hay nadie como tú
no hay nadie como tú mi amor,
No hay nadie como tú.

En el mundo siempre se mueve la tierra,
hay tanques de oxígeno, tanques de guerras.
El sol y la luna nos dan energía,
se duerme de noche y se vive de día.
Hay gente que rectifica lo que dice,
hay mucha gente que se contradice.
Hay algarrobas y alga marinas,
hay vegetarianos y carnicerías.
Hay tragos amargos y golosinas,
hay enfermedades y medicinas.
Hay bolsillos llenos, carteras vacías,
hay más ladrones que policías.
hay religiones, hay ateísmo,
hay capitalismo y comunismo.
Aunque nos parecemos no somos los mismos,
porque, porque...

No hay nadie como tú
no hay nadie como tú mi amor,
No hay nadie como tú.

En el mundo existen muy buenas ideas,
hay Don Quijotes y Dulcineas.
Hay sexo en el baño, sexo en la cama,
sexo sin ropa, sexo en pijama.
Hay cosas reales y melodramas,
hay laberintos y crucigramas.
Existen llamadas que nadie contesta,
hay muchas preguntas y pocas respuestas.
Hay gente valiente, gente con miedo,
gente que el mundo no le importa un bledo.
Gente parada, gente sentada,
gente soñando, gente despertando.
Hay gente que nace, gente que muere,
Hay gente que odia y gente que quiere.
En este mundo hay mucha gente,
pero, pero, pero...

No hay nadie como tú
no hay nadie como tú mi amor,
No hay nadie como tú.