lunes, 20 de septiembre de 2010

Una llamada como cualquier otra... Pero especial

Fondo musical: Hello Goodbye / The Beatles
Moodchart: Aprendiendo a soñar a lo Rockband


—Tranquila señora, yo llamo a Emi, usted vaya bajando despacio.— Le dije a Caro mientras descolgaba el teléfono para marcar...
—¿¿¿Aló???— Pregunté con desconfianza, no estaba segura que hubiera sonado.
—Hola,¿Cómo tas?— Era su voz. No tenía ninguna duda, y me alejé de la gente para poderle hablar tranquila, no quería que supieran que hablaba con él.
—¡¡¡Hola!!! ¿Cómo estás? ¿Cómo has estado? ¿Todo bien?— No cabía en mi cuerpo de la emoción, estaba segura era su voz, pero cómo, no lo se, solo se que no iba a perder el tiempo entendiendo, solo quería hablar con él, solo quería oírlo de nuevo.
—Bien, bien —dijo entre afanado y pensativo— Solo llamaba para avisarte que ya me tengo que ir, ya tengo todo listo. En un rato arranco...
—¡Ah! Bueno, que te vaya bien —le dije con voz entusiasmada— Cuídate mucho, te amo.
—Y yo a ti mucho, cuídate tu también. Chau. —Me respondió medio nervioso, como con afán por colgar, pero con la sensación de no estar seguro de hacerlo, como cuando me llamaba al principio, antes de cuadrarnos, que sabía que no le gustaba hablar mucho por teléfono, pero también sabía que no me gustaba que me colgaran, como sin saber a quién darle el gusto, a quién hacerle caso, si al sentimiento o a la razón. Esta vez le hizo caso a la razón colgó.
—Chau. —Respondí. Y colgué. 
Luego desperté. Ahora creo que Enzo nos chuzó la llamada, el también amaneció feliz, yo no le había contado nada, no había forma de que él supiera que llamó, a menos que me tuviera chuzado el teléfono. Pero eso es normal, cuando uno vive con el DAS. Desde ese día me despierta con "Un beso al desayuno". Tiene otra cara, como yo, Enzo está tranquilo y felíz, también sabe que se fue de paseo, seguramente en el "Tamagochi", o de pronto en un carro nuevo, le gusta estrenar, y esta mañana puso su canción, la que oíamos cuando estrenaba carro, o cuando cogíamos carretera. La que oímos el día que recogimos a Enzo. Y con el Pio, Pio de los pollitos, se ponía a manejar...