miércoles, 11 de mayo de 2016

Mi sano juicio

Cuando sea grande quiero ser ninja. Ese es mi deseo de año nuevo chino este año. 

Pero ¿qué es ser ninja? 

Ser ninja es ser hábil en los movimientos, tener control sobre tu cuerpo y tu mente, ser rápido y ligero, aprender de la naturaleza de las cosas y ver más allá. Anteponerse a los eventos sin preocuparse, actuar. Prepararse. Tener constancia y paciencia. Saber llevar un orden, tener disciplina. Saber usar la fuerza del otro, estar alerta y buscar la paz en la concentración y la calma. Meditar.

Todas y cada una de esas habilidades son realmente decisiones. No adjetivos, son acciones. Diarias, ojalá horarias. Aprender a medirnos en cada una de esas acciones en HAUs. Dejar de creernos algo, ordenados, disciplinados, ágiles, fuertes, calmados, sabios, dejar todas esas vanidades con las que nos llenan las etiquetas sociales para empezar a actuar. A ser conscientes de nuestros actos, de cada uno de ellos como si nos viéramos a nosotros mismos en cámara lenta desde el otro extremo de la habitación. Sé que sería una película aburrida, un loop de escenas predecibles por qué somos todo menos ninja. Pero el día que se devuelva la película, que recapitulemos todos y cada uno de nuestros actos en esta vida, espero ver algo de gradación. Espero haber mejorado, o al menos cambiado. Sé que he cambiado, no soy la misma que era hace quince años, para bien o para mal he hecho cambios. 

Es posible que mañana la vida me llene de motivos para cumplir mi deseo, pero sé que pase lo que pase no puedo acelerar el proceso. Esta semana, no este mes, en realidad este año, me ha mostrado que mi proceso es más visible de lo que pensaba, la gente ve en mí algo que yo no doy por sentado. Y lo digo con asombro, no con sobrades. En mi esfuerzo por hacer personal el proceso, creo que lo hago íntimo y que nadie se da cuenta de mi esfuerzo. Pero los
monólogos de mi cabeza parecen tener subtítulos en mi frente, la ansiedad de los últimos días se calmó hoy con la inercia del día. Quisiera sentarme a especular lo que me queda del día, sobre mi futuro. Qué será de mí si estoy enferma, qué será de mí si estoy sana. Qué más da. Cualquiera de las dos opciones es consecuencia de una acción, de una deducción y esa ya fue, y se repite en loop en cámara lenta.