miércoles, 4 de mayo de 2016

Control


Como cuando me di cuenta que la televisión me hacia alucinar y la apagué. Desde ese día la apagué, por que era la única alucinación que podía "controlar". Así mismo hace dos años apagué la magia.

El miedo me hace perder el control e intentar recuperarlo significa apagar cosas, cerrar puertas, prender luces.

La magia es miedosa. Miedosamente incomprensible y lo que no puedo comprender lo aplazo para después.

Hace unos años escribí una historia, le llamé Una historia por entregas para nunca volverla a contar. Tuvo una sola entrega, esa historia también la apagué. Después de narrar páginas enteras de algo que pareció un dejavú de otra vida, de otro mundo, de mi vida y de mi mundo, concluí:

No sé que pensar, pero reafirmo lo dicho en el principio de esta historia, el que desea corre el riesgo de que se cumpla y la magia es parte de la vida, no algo que podamos inventar y mucho menos controlar. Decirle no a la magia, apaga la fe. Y sin fe la vida no funciona, simplemente no anda y parar sería peor que dejar de agradecer.

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