sábado, 16 de mayo de 2009

NATURALEZA DEL MERCADO: CANNIBAL TASTE

[fondo musical: La hija del canibal, kinky, genero:pop, 12-11-08. 7:30 p.m.]

Pocas veces tengo la suerte de verle la cara a los depredadores, en la naturaleza, el cazador utiliza tácticas sigilosas, que consisten en que la presa nunca se entere que el cazador está presente para poder atacar. Pero existen cazadores que se dejan ver, ya sea por que son muy hábiles o muy torpes, el calificativo lo adquieren según su cometido.
Hoy le vi la cara al cazador, y me encontré con la grata sorpresa de coincidir con él más de lo que pensaba, hoy la presa no fuí yo, así que me convierto en cazador y pero aprovecho para especular, uno de mis hobbies favoritos, por no decir mi adicción.
El señor Cifuentes, sin duda es calificado por algunos medios editoriales como un ilustrador, claro cuando se trata de artículos o crónicas para una revista, pero al parecer, cayó en el error que cometen muchos, el de creer que la ilustración editorial, es un oficio general; crear portadas de libros no es igual a ilustrar artículos o crónicas para una revista, son oficios totalmente diferentes, y la crítica lo nota. Este es el caso de Orejas de pescado, quisiera imaginar un escenario no muy lejano, donde este ilustrador de revistas, llegó por familiaridad con la autora a diseñar la portada de un libro, claro no llegó solo con su amistad, sino con un portafolio por no llamarlo prontuario de ilustraciones o encargos editoriales. Ningún editor duda de la trayectoria de un ilustrador cuando trae esas credenciales, mas si se trata de una editorial como Planeta, pero para aquellos que entendemos la diferencia entre un libro y una revista, y que una crónica periodística larga no es un libro de no-ficción; sabemos que eso no es suficiente. Entonces este seudo ilustrador editorial se alimenta de unas cuantas charlas de café con la autora, se lee un texto introductorio y lo que al final será un texto de contraportada, y se inspira para crear lo que hoy por hoy es una portada vendedora... Algo que parece más a un trabajo para alguna entrega de Diseño de empaques o poster de un estudiante de Publicidad, que una portada de una novela. Cuando la veo solo puedo imaginarla montada sobre un cartón paja, con un flap de papel mantequilla y uno de papel iris de color rojo seguramente que tiene en su esquina inferior derecha un label con los datos del alumno.
Pero eso nunca ha detenido a la Editorial Planeta; no me gustaría ensañarme en una crítica a la competencia, pero como ya abrí el paréntesis de la especulación, no pienso acomplejarme; el manejo tipográfico de sus portadas, nunca es el más elaborado, pero eso no es lo que al final disgusta, en realidad son las conexiones obvias al título, el no entender que el libro más allá de ser un producto, es un producto con o de contenidos, lo que nos da la posibilidad de nos solo ilustrar; sino encontrar segundas lecturas, provocar atmósferas, contagiar sospechas, evocar sentimientos de identidad, respoder preguntas, tomar decisiones y volviendo al panorama real, vender.
La cubierta de un libro, según mi experiencia, no es la que incide en la toma de decisión en el punto de venta. Poniéndome un poco semántica, podría decir que la cubierta es solo un signo dentro de la percepción de un sujeto, es una parte del objeto dentro de un proceso perceptual, pero el círculo de la aprehensión solo se cierra cuando interactúan los demás elementos; el título, que puede ser parte de la imagen de cubierta o no; el texto de la contra, que no depende solo del contenido del libro, sino de una decisión editorial; y el autor, que al final o al comienzo, al fin y al cabo es un círculo, puede ser imagen, texto o contenido.
Coincido con el señor Morales no solo en su crítica, sino en su admiración. Los diseñadores editoriales por oficio están en vía de extinsión, pero no por que se le esté dando la oportunidad a diseñadores nuevos o jóvenes, sino por que se está dejando de enseñar diseño, para enseñar técnicas de diseño. Y aunque esto pareciera empezar a convertirse en un discurso contra la academia, en realidad es una queja al estudiante o al diseñador, sin importar su cartón, improvisar puede sacarlo de apuros, pero eso no significa que sea un método de trabajo. El proceso creativo es necesario en todo tipo de creación artística. La investigación, debe ser la prioridad de cualquier diseñador, buscar referentes, es el único medio de crear relaciones, las relaciones llevan a conceptos y los conceptos son al final la forma mas ideal de un objeto. La vieja guardia, como me gusta llamarlos, alcanzó a gozar de ese tipo de educación, la nueva guardia debe ser autodidacta en esta materia o no dedicarse a este oficio.
De los tres nombres que el señor Morales da en su Out. a manera de In. coincido completamente con Ignacio Martínez-Villaba, a quien admiro y respeto no solo por su trabajo como diseñador, sino como profesor, por que sé que este viejo perro de mar, generoso hasta más no poder, dará a la nueva guardia lo que tanto nos falta, conceptos.


http://revistaarcadia.com/ediciones/43/op4.html (Out. Las portadas del mundo comercial.)
http://www.flickr.com/photos/cifuentes/3307074509/

No hay comentarios: